Origen del dinero
En la actualidad, todos tenemos asumido cuál es la función de una moneda o billete como medio de intercambio. Nosotros, como consumidores, entregamos una cierta cantidad de ese papel a cambio de la adquisición de un producto o prestación de un servicio, puesto que tanto el oferente como el consumidor lo aceptan como medio de pago. Sin embargo, a lo largo de la historia de la humanidad, no siempre ha sido así.
Vayamos con un poco de historia para ilustrar el origen del dinero. Hace
mucho tiempo, mucho antes incluso de nacer las primeras monedas allá
por el Siglo VII A.C., en el Reino de Lidia existía una forma de
intercambio denominada trueque, que simplemente consistía en el
intercambio de un producto por otro que interesara a ambas partes. Esta
forma de pago tenía el problema de que no siempre se encontraban
productos que satisfacían a ambas partes, y por tanto no se podía llevar
a cabo el intercambio; es decir, el trueque tenía el problema de que
rara vez se producía la doble coincidencia de necesidades.
Por este motivo, era tremendamente complicado encontrar alguien que
quisiera intercambiar el producto que se demandaba, y que a la vez
estuviese interesado en el producto que se ofertaba. Con el objetivo de
salvar este problema, se comenzaron a establecer los primeros mercados
en los cuáles se iban ofertando productos de personas que llegaban desde
puntos muy diferentes. Poco a poco, y debido al perfeccionamiento de
las sociedades, se comenzaron a perfeccionar los medios de pago, en
primer lugar ofreciendo una cierta cantidad de un producto por otro,
comenzando así a dar cierto valor a los bienes en comparación con otro
bien; por ejemplo, intercambiar tres conejos por una vaca.
Poco después se comienza a intercambiar los productos por algunos bienes
de consumo general para toda la población, y así se empezaron a
utilizar cacao, ostras, sal e incluso el ganado como medios de
intercambio. Se puede decir que estos bienes fueron el primer medio de
intercambio admitido por la población, es decir, el primer dinero.
El mayor problema que tenían es que se trataba en su gran mayoría de
productos perecederos y que, por tanto, se deterioraban con el tiempo.
Después de muchas experiencias con diferentes bienes que actuaban como
medio de intercambio, se llegó a la conclusión de que los bienes que
mejor servían para actuar como medio de intercambio eran los metales
preciosos.
Y así es como aparecieron las primeras monedas, dándoles el valor intrínseco que la autoridad acuñaba realmente. Poco a poco, los ciudadanos fueron aceptándolas y asumiéndolas como medio de pago oficial, los oferentes ponían un precio a sus productos y los consumidores las pagaban con las monedas de curso legal, y en muchos momentos forzoso. De hecho, la palabra dinero viene de una de esas monedas, concretamente la que se usaba en la Roma antigua, el denarius.
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